
Pedro Polacek nació el 6 de julio de 1936 en un pueblo cerca de Praga, entonces Checoslovaquia. Tras la llegada del nazismo al país, su familia fue obligada a dejar el pueblo y mudarse a la capital. A pesar de que podían salir del país y migrar, la visa con la que contaban fue retenida por la Gestapo (la policía secreta nazi). En 1942, fueron obligados a instalarse en el gueto de Terezín, donde ya tenían parientes. El padre de Pedro sufría de polio y fue deportado en el último tren que salió del gueto hacia el campo de concentración. Hacia el final de la guerra, cuando los rusos ya habían entrado a Checoslovaquia, unos amigos de su madre consiguieron sacarlos del gueto y alojarlos con ellos. Luego de la guerra, Pedro y su madre lograron emigrar a la Argentina. En un club al que iba, conoció a su primera esposa. Sin embargo, ella no sabía que él era judío. Debieron pasar algunos años para que Pedro pudiera aceptar sus orígenes. Tuvieron tres hijos: Andrés, Karina y Sebastián. Su segunda esposa se llama Maruja.
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