Hace dos años la organización terrorista Hamás, junto a otros grupos terroristas y civiles cómplices, perpetraron una invasión criminal a Israel que implicó el mayor número de víctimas judías en un solo día desde el Holocausto.
Las masacres incluyeron torturas, violaciones y vejaciones salvajes e inimaginables contra familias civiles en los kibutzim cercanos a Gaza y en el festival por la paz Nova, incluyendo personas de diferentes nacionalidades, incluída Argentina. 1250 personas fueron asesinadas y unas 250 fueron secuestradas, de las cuales todavía 48 continúan en Gaza, muchas de ellas, muertas.
Asimismo, desde hace dos años asistimos a muestras de antisemitismo a nivel global que creíamos haber dejado en el pasado y que generan conmoción y preocupación.
Volvemos a repetir las palabras que el premio Nobel de la Paz y sobreviviente del Holocausto Elie Wiesel dijo en su momento: “Pensé qué el odio contra los judíos había terminado. Que el antisemita había visto Auschwitz y se había sentido avergonzado. Pero estaba equivocado. Auschwitz resultó en la muerte de los judíos y sus enemigos nada habían aprendido de ello”.
Frente a esta situación, instamos a todos aquellos comprometidos con la democracia y los derechos humanos a seguir exigiendo la urgente liberación de los secuestrados y la construcción de una región segura y pacífica.