Liza (Lea) Zajac de NoveraNació el 31 de diciembre de 1926 en Hajnówka, Polonia, en una familia tradicional de clase media que tenía una pequeña despensa. Solían ir de vacaciones de verano a un pueblo vecino, a la casa de sus abuelos maternos, rodeada de bosques de pinos. En Hajnówka, en las concurridas reuniones familiares de los fines de semana, se discutía de política, literatura y arte. Desde chica, Lea era una lectora voraz y con frecuencia asistía a funciones de teatro en ídish de compañías ambulantes. Estudió en la escuela pública, donde tenía amigas judías y no judías, y era muy aceptada por su condición de alumna excelente. Sin embargo, pese a que aprobó el examen de ingreso a un colegio secundario a 35 kilómetros de distancia, las leyes antijudías le prohibían viajar en tren, y por lo tanto imposibilitaron su asistencia.Al empezar la guerra, la familia permaneció en el pueblo, que quedó bajo el dominio soviético por el pacto Ribbentrop-Molotov. Más allá de las expropiaciones a las familias más acaudaladas, la vida judía prosiguió con normalidad, excepto para los judíos que habían escapado de Alemania, sospechados de espionaje, que fueron enviados a Siberia o de regreso al territorio nazi.En el colegio, Lea aprendió ruso. Con la ruptura del pacto ruso-alemán en 1941, los alemanes ocuparon Hajnówka e inscribieron en registro especial a toda la población judía. En junio de ese mismo año, y tras el ejército, entraron las SS con los listados del registro. Los hombres fueron obligados a caminar hasta Pruzany (Polonia), y en el camino fueron asesinados todos los intelectuales y los que caían agotados. El resto de la población judía fue llevada en camiones a Pruzany donde el consejo judío local la distribuyó en las viviendas del gueto. Dos días después llegaron los hombres sobrevivientes de la marcha. Los alemanes cerraron el gueto, del que solo podían salir los grupos de trabajos forzados, cuyos integrantes recibían una ración de pan. Se impuso el uso de la estrella de David.Lea entró como secretaria del comité de ayuda, y pronto comenzaron a filtrarse dentro del gueto las noticias de los fusilamientos masivos. A fines de enero de 1943, trasladaron a todos en vagones de carga en un viaje de cuatro días a Auschwitz-Birkenau. En la rampa de selección, la madre de Lea la instó a unirse al grupo de mujeres jóvenes, y así ella pudo salvarse. Su madre y los demás familiares fueron llevados a las cámaras de gas. Lea quedó con su tía Sara, y las dos fueron desnudadas, rapadas y tatuadas.En los dos años que permaneció en el campo, Lea pasó por distintos grupos de trabajos forzados y edificios. Cuando se lastimó una pierna, ingresó al taller de costura, y más tarde al “Canadá”, donde se clasificaba la ropa incautada a los prisioneros. Allí tenía acceso a pequeñas raciones de alimentos contrabandeados entre los hatos de ropa. Cuando su rodilla empeoró, la protección de una médica rusa y de un grupo de mujeres del grupo de resistencia con las que compartía el camastro logró que pasase varias selecciones. Presenció la ejecución en la horca de cuatro mujeres que habían aportado pólvora para volar los crematorios.En enero de 1945, los alemanes evacuaron el campo dejando atrás únicamente enfermos incapaces de caminar y se inició la marcha de la muerte hacia Ravensbrück, Alemania. Luego, en vagones abiertos la llevaron junto a otros a Leipzig-Mansfeld. A fines de abril, la condujeron hasta el río Elba, donde los nazis abandonaron a los prisioneros por la llegada del frente ruso. Junto a su tía, emprendió a pie el camino de regreso a Polonia, alimentándose de lo que los alemanes habían abandonado en la huida. Llegó a la Argentina en julio de 1947 y se casó con Marcos Novera. Tuvo dos hijos y cinco nietos.
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