viernes, 02 de diciembre del 2016
El miércoles 30 el escritor y psicoanalista Arnoldo Liberman brindó la conferencia “Richard Wagner, su genio y su antisemitismo desde la mirada de un judío” en el Museo del Holocausto, en la que analizó a uno de los más grandes compositores de la historia desde una doble perspectiva: el genio musical y el ser humano execrable. Durante la exposición Liberman planteó que estos dos aspectos pueden ser discernidos si filosófica e ideológicamente sabemos ser objetivos y no perdemos nuestra capacidad de trascendencia y de profundización y mucho menos nuestra capacidad de comprender y gozar. El conferencista fue presentado por el director ejecutivo Jonathan Karszenbaum, quien compartió unas reflexiones sobre el tema convocante.
Entre el público presente se encontraban los filósofos y ensayistas Santiago Kovadloff y Diana Sperling, el analista político Julián Schvindlerman y Sima Milmaniene y Susana Kosman, miembros de la Comisión Directiva del Museo.
Compartimos un breve fragmento de la disertación de Arnoldo Liberman:
“Durante algún tiempo se pensó que cultura y barbarie eran mutuamente excluyentes. Se pensó que el hombre rico en experiencias culturales no podía ser un hombre bárbaro. Sin embargo, ya antes de la Shoá, alguien se atrevió a decir que todo documento de cultura es, al mismo tiempo, un documento de barbarie. Después de la Shoá contraponer cultura y barbarie es una peligrosa ingenuidad. Se puede escuchar la mejor música por la mañana y torturar por la noche. Se puede llorar de emoción ante un cuerpo pintado y contemplar con indiferencia el dolor de un ser humano. Una sociedad de lectores, una sociedad que llene los museos, una sociedad que abarrote los teatros puede aplaudir el genocidio. ¿Se puede comprender esta evidencia o esta ambivalencia? No, pero vivimos en ella. Por las mismas motivaciones, también incomprensibles, se puede ser un genio de la música y además ser antisemita”.